Borja Jauregi. Hasta siempre amigo
«Oye chaval, ya se que andarás muy liado y yo no te quiero agobiar pero tenemos un problema gordo: se ha caído el túnel de Menditxo y las próximas 24 horas van a ser críticas, se ha roto una de las dos tuberías principales del Añarbe y como no consigamos repararla pronto, podemos dejar a toda Donostialdea sin agua». Cada vez que veía el nombre de Borja Jauregi en un movil que sonaba me echaba a temblar. Bidegi tenía simultáneamente 9 «obrones» en marcha a lo largo y ancho de Gipuzkoa y un Territorio que vivía en un colapso circulatorio permanente y exigía a gritos una solución. Un «marrón» en toda regla. Y sin embargo, esa misma llamada me tranquilizaba, porque sabía que el torbellino Borja ya se había puesto en marcha, y que no pararía hasta dar con la solución.
«Oye chaval, ya estamos en ello. Hemos llamado a unos cuantos gurús de las ingenierías. Habrá que construir un partenón en la boca del túnel pero esta obra se acaba, sí o sí.» Así era Borja Jauregi. Apasionado en las cosas que hacía, capaz de mover todo lo que tenía a su alrededor cuando creía que había que hacer algo y cuando se implicaba en una tarea o en un proyecto.
Han pasado casi seis años desde que Borja me hiciera esa llamada. Hoy, Gipuzkoa tiene una nueva red de carreteras, aquel colapso permanente es ya un recuerdo del pasado. Borja Jauregi fue, sin ninguna duda, uno de los que lo hizo posible. Su fe en lo público y su implicación por el País son rasgos que lo caracterizaban. Buena fe de ello pueden dar en Hondarribi, la Ciudad que adoraba y que hoy es fiel reflejo de la enorme capacidad que tenía para hacer realidad sus apuestas.
Nos has dejado cuando te tocaba empezar a disfrutar con los tuyos, yendo a pescar y a cuidar de tus nietos. Se que has sufrido. Y lo has hecho por la enfermedad que te ha tocado padecer. También recuerdo la llamada que me hiciste para contármelo. Pero se que has sufrido más porque también te ha tocado soportar la repugnante campaña que los de siempre trataron de impulsar contra ti para ensuciar el nombre del Partido al que pertenecías. Y se que eso te dolía por lo injusto y por lo despreciable que resultaba. Pero no te preocupes Borja, porque el resultado de las cosas que tu hiciste son las que se ven y son las que realmente valen.
A mi además me dejaste tu amistad, y eso es algo que siempre llevaré conmigo.
Egun handirarte lagun.