No ha sido fácil, pero creo que tomar la decisión de proponer al consejo de la Sociedad San Bartolome Muinoa la resolución de mutuo acuerdo del contrato que afecta a la construcción del centro comercial y un parking en el cerro es una solución necesaria. Hemos iniciado un camino que implica una gran responsabilidad y que tiene consecuencias, que nos harán tomar muchas decisiones que nos lleve a materializar esta decisión.
Un poco de historia
Pero hagamos un poco de historia. Tras diversas sentencias relacionadas con la reordenación del ámbito de San Bartolomé, en 2008 se adoptó la decisión de constituir la Sociedad San Bartolomé Muinoa con la participación de todas las personas propietarias de terrenos en el lugar, entre la que se encuentra el Ayuntamiento, gobernado por Odón Elorza, con una participación del 37%. En la misma se realizó un planteamiento ambicioso que contemplaba el derribo de 174 viviendas y locales, la desaparición del viejo cuartel de la Policía Nacional y la construcción de un nuevo edificio para el colegio Compañía de María.
Aquella operación requería adoptar una serie de decisiones que permitieran cuadrar las cuentas de la sociedad, que podría afrontar el coste de esa operación a través de la venta de vivienda libre a 9.000 euros el metro cuadrado y con una financiación de un crédito por valor de 100 millones de euros.
Nadie entonces contaba con la crisis y profunda recesión que en 2008 azotó a la economía mundial. Una crisis que supuso un duro golpe al proyecto, ya lanzado y con las familias fuera de sus casas al haberse iniciado los derribos. Esta crisis tuvo que ser gestionada por el siguiente gobierno municipal, bajo el mandato de Juan Karlos Izagirre.
Soluciones a situaciones complicadas
El peligro de quiebra en el que se encontró la sociedad, que no estaba consiguiendo vender las viviendas y las que lograba vender rondaban los 5.000 euros el metro cuadrado (muy lejos de los 9.000 previstos en el plan inicial) hizo que hubiera que hacer un planteamiento para superar la situación que incluyó tres elementos que permitirían equilibrar las cuentas:
- Un hotel en el antiguo convento de San Bartolomé
- Un edificio residencial en la antigua Casa de Baños, entre las calles Easo y Estella-Lizarra
- Un centro comercial y un aparcamiento (parte residencial, parte de rotación) en la ladera del cerro.
Esta decisión se adoptó en 2014 y todos los portavoces de los grupos políticos, entre los que me encontraba, entendimos la situación y dimos nuestro apoyo al gobierno municipal, aprobando por unanimidad la necesaria modificación del Plan General.
En los últimos años el gobierno municipal que presido ha tenido la responsabilidad de afrontar y completar aquella decisión. Hoy dos de esos tres elementos están completados, y el desarrollo del centro comercial y el aparcamiento era el único que quedaba pendiente.
La decisión
Las circunstancias, valoraciones y opiniones que podíamos tener en 2014 hoy son muy diferentes. Estos últimos meses he hablado con muchas personas y entidades; he escuchado muchas opiniones a favor y en contra, y entiendo que hoy la valoración sobre la construcción de un centro comercial o de un parque con plazas de rotación es negativa, y contraria a decisiones que estamos adoptando para reducir la llegada de vehículos privados al centro.
La obra necesaria para la construcción del centro comercial en la ladera iba a afectar de forma muy directa a un vecindario que lleva años castigado por las obras de otro proyecto tractor como es el Topo. Todo ello nos lleva a adoptar la decisión de proponer al consejo la resolución del contrato que afecta a la construcción del centro comercial en la ladera de San Bartolomé.
A partir de ahora se abre un nuevo proceso de reflexión para decidir qué hacer con la ladera del cerro, que creo que no puede quedar en el estado de abandono en el que se encuentra actualmente. Habrá que rematar con un buen proyecto, y es ahí donde creo que todas y todos podemos aportar nuestro granito de arena. Porque Donostia avanza cuando hablamos, dialogamos, escuchamos y acordamos.
Sigamos haciendo entre todas y todos de Donostia la mejora ciudad del mundo para vivir, convivir, trabajar y disfutar.