Donostia tiene un papel central en Euskadi y quiere seguir avanzando de la mano de Bilbao y Vitoria-Gasteiz
¿Cuál es el papel de Donostia en Euskadi? Esa es la pregunta que he tenido que responder esta mañana en el foro Nueva Economía Forum Tribuna Euskadi celebrado en el Hotel Ercilla de Bilbao.
Tengo claro que Donostia, junto con Bilbao y Vitoria-Gasteiz, conformamos una euskal hiria que compite por hacerse un sitio en el mundo, pero siempre desde la colaboración entre las tres capitales, que pese a ser diferentes afrontamos retos muy similares.
Debemos hacer una apuesta por aportar cada uno nuestras fortalezas. La nuestra está contemplada en el Plan Estratégico 2030, que define las líneas estratégicas a seguir. Unas líneas que, entre otras cosas subrayan que Donostia tiene mucho que decir en el ámbito de la investigación, la cultura, la creación y otras muchas.
Además, la ubicación física de Donostia es la mejor de las tres capitales para hacer de nexo de unión con Iparralde, con Europa y también con comunidades vecinas como Nafarroa. Esto es, Donostia tiene un papel central en Euskadi y queremos seguir avanzando siempre de la mano de Bilbao y Vitoria-Gasteiz.
Ciudad de ciencia y conocimiento
Una de nuestras mayores apuestas viene de la mano de la ciencia y el conocimiento. Donostia hoy es una ciudad en la que la ciencia y el conocimiento son grandes protagonistas. Tenemos 5.000 investigadoras e investigadores trabajando en nuestra ciudad, y el campo de las biociencias es uno de los que más ha crecido en los últimos años.
Debemos seguir trabajando para generar el ecosistema que nos permita seguir atrayendo talento y reteniendo el propio. Tenemos los mimbres, los centros tecnológicos y de investigación; sigamos haciendo de Donostia una ciudad más referente, si cabe, de ciencia y conocimiento.
Turismo sostenible
Donostia es una ciudad atractiva en general. Una ciudad que, además de atraer conocimiento, organiza eventos de la mano de innumerables agentes. Eventos que atraen a miles de personas y que, desde 2011, han provocado que la evolución de visitantes haya ascendido y sea hoy reflejo, también, de lo que pasa en todo el mundo, y es que cada vez hay más gente que se mueve.
Ese fenómeno hay que abordarlo desde la sostenibilidad. Y para ello hay que cuidar el destino, tomando determinadas decisiones como la limitación de alojamientos, para evitar desequilibrios urbanos. En ese sentido, en los últimos años hemos regularizado la actividad de pisos turísticos, se ha declarado zona saturada a la Parte Vieja, se ha tomado la decisión de limitar la opción de que edificios residenciales se conviertan en hotel. Y ahora a través del Plan General se van a seguir adoptando distintas medidas.
Una tasa turística que permita mantener la calidad de los servicios
El turismo es fuente de generación de riqueza y puestos de trabajo, pero también requiere de esfuerzos por parte del Ayuntamiento para seguir manteniendo la calidad de servicios que se ofrece, no sólo a quienes nos visitan, sino también a quienes vivimos todo el año en la ciudad, a las y los donostiarras. Por ello, tenemos una posición clara y unánime en relación a la llamada tasa turística.
Lo que también tenemos claro es que no queremos condicionar nuestra decisión de implantarla a lo que otros decidan. Nos gustaría que fuera algo que cada municipio pueda decidir y recaudar, porque es el municipio el que hace mayores esfuerzos para mantener sus servicios.
Vivienda
Asociar el turismo a la carestía de la vivienda, así como al resto de males que pueda tener la ciudad, no es justo. El problema de la vivienda es algo que ha existido siempre en Donostia. Nadie niega que exista un problema, pero no todo el mundo plantea soluciones. Nosotros lo tenemos claro: nuestra apuesta, entre otras, es por actuar sobre el patrimonio urbano ya construido con la segregación de viviendas o el cambio de uso. Y en ese sentido, hay que destacar que un cuarto de las viviendas creadas en los últimos años vienen por segregación o cambio de uso.
Además, lograr recuperar para la ciudad los terrenos que actualmente ocupan los Cuarteles de Loiola, supondría dotar a la ciudad de un nuevo espacio que, sin duda, se convertirá en una nueva centralidad en torno al río Urumea, y que mejorará, además, las conexiones entre barrios como Loiola, Txominenea e Intxaurrondo, a través del pulmón verde de Ametzagaina. Supondría un hito que, sin duda, transformaría la ciudad y la dotaría de mayor cohesión.
Movilidad
Los procesos de cambio suelen ser complicados. Son procesos que hay que hacer gradualmente. Y los cambios relacionados con la movilidad en Donostia se tienen que ir realizando poco a poco con el objetivo de lograr crear zonas de bajas emisiones, que permitan ganar espacios para el disfrute del peatón. Creo que nadie entendería que la calle Loiola, el frente de la Diputación o la Parte Vieja volvieran a su estado anterior, en el que los coches llenaban todos los espacios.
Tras los primeros cambios implantados, tenemos claro que es necesario realizar un proceso de escucha, en el que podamos recoger aportaciones, pero partiendo de que el objetivo es y seguirá siendo avanzar hacia una ciudad más sostenible con la bici, el peatón y el transporte público como protagonistas.
Pero no solo Donostia tiene que afrontar estos cambios en los hábitos de movilidad. Es algo que va a afectar a todas las ciudades. También a nuestras vecinas Bilbao y Vitoria-Gasteiz. Se trata de uno de esos retos que tenemos en común y que desde la colaboración seguiremos afrontando.