¡Esto va de economía!
Le escuché esta exclamación a Andoni Aldekoa, Director delegado del Gabinete del Alcalde de Bilbao, en el curso organizado por la oficina de estrategia de Donostia y Bilbao metropoli 30 a principios de septiembre en el palacio de Miramar. El curso de verano en cuestión se denominaba «nueva gobernanza para la nueva ciudadanía» y en su exposición, Andoni nos expuso la visión estratégica de su Ciudad.
Desde que le escuché esa exclamación no he parado de darle vueltas a la idea, formulada en otros términos con ocasión de la celebración del Pleno sobre el estado de la Ciudad el pasado mes de octubre: ¿De qué va a vivir esta Ciudad en el futuro? Porque yo no tengo ninguna duda de que esa es la principal pregunta a la que debemos tratar de dar respuesta en este momento. Guiados por ese espíritu hemos hablado y reflexionado durante dos semanas en IDEIAgunea. Y lo hemos hecho con muchas personas. Personas que tratan hacer realidad sus proyectos en esta Ciudad.
Hemos visto diversas experiencias, analizado proyectos, conocido iniciativas, escuchado quejas…. Pero sobre todo hemos aprendido una lección fundamental: Esas personas, esos y esas donostiarras son el principal motor de la respuesta que buscamos como Ciudad. Y funcionan. Vaya si funcionan. Muchas veces a pesar del Ayuntamiento.
¿Por qué no nos ponemos todos a empujar en la misma dirección? Esa ha sido una de las recurrentes preguntas que ha sobrevolado todos nuestros encuentros. Porque no hay visión estratégica, contesto yo. ¡Cómo demonios vamos a empujar en la misma dirección si algunos no saben la dirección en la que hay que empujar! Ese es uno de los rasgos que caracteriza a este extraño periodo de transición que se vive en este Ayuntamiento y por extensión en esta Ciudad. No hay manera de abordar un debate estratégico. Lo que es peor, tenemos un plan estratégico del que nadie se acuerda. Parece que algunos viven mejor en la improvisación.
Y sin embargo, esas personas que con su iniciativa empujan a esta Ciudad tienen muy clara la dirección. ¿Y por qué será a veces tan difícil ayudarles a empujar? Esa es la segunda cuestión que ha estado presente en todos nuestros encuentros, la del papel que debe jugar un Ayuntamiento a la hora de propiciar el desarrollo de la actividad económica. No debería ser ni el de suplantar o acaparar (copiar o hacer lo que alguien por propia iniciativa ya está dispuesto a hacer), ni el de recelar, ni el de entorpecer o complicar. Y sin embargo, eso es lo que muchas veces quien tiene una iniciativa percibe de su Ayuntamiento. Complicados trámites burocráticos, interminables esperas, intentos de acaparar… Tenemos que empezar a conjugar nuevos verbos, tales como colaborar, facilitar, ayudar y resolver. Probablemente es más complicado que conceder subvenciones, pero curiosamente eso es lo que ninguna de las personas con las que hemos estado nos han pedido. Precisamente, porque esto va de economía.