Tabakalera: cultura en construcción
La antigua Fábrica de Tabacos de San Sebastián renace de sus cenizas. Al igual que la propia historia de la ciudad, que supo y pudo resurgir de su devastación reinventándose hasta llegar a ser lo que es hoy, la que fue sede de una actividad industrial alberga el Centro Internacional de Cultura Contemporánea. Cinco palabras que ponen nombre y apellidos a todo un proyecto de enorme contenido y que engloban la apuesta que esta ciudad hace para convertirse en un referente cultural ante Europa y el mundo. Que esta apuesta sea una realidad y se ubique en San Sebastián nos debe llenar de orgullo.
Porque Tabakalera ha pasado de ser un inmueble vacío con destino indefinido a ser un edificio que arquitectónicamente va a enamorar y cuyas salas y espacios albergan ya un entramado cultural sin par en Euskadi . Superando las dificultades del camino, ha dejado de ser un proyecto para ser ya un polo de atracción y generación de cultura, que aspira además a ser multiplicador para que lo que surja de la simbiosis de todos quienes se han embarcado en esta aventura sea más que la suma de las partes. Las diferentes entidades que se alojarán en sus dependencias (Zinemaldia, Etxepare Institutua, Euskal Filmategia, Kutxa….) unidas a las actividades de nueva creación ligadas a la cultura contemporánea, así como los proyectos y empresas ligados a la iniciativa privada componen todo un ecosistema concentrado en sus 26.000 metros cuadrados. Lo cual es toda una declaración de intenciones que componen un punto de partida más que solvente pero que auguran un futuro lleno de posibilidades a este centro.
A través de la atracción del talento y la creación, Tabakalera será un agente dinamizador y potenciador de la cultura, no ya de Donostia y de Gipuzkoa, sino que me atrevería a decir que de toda Europa. Sin falsas modestias ni arrogancias, existen pocos espacios en nuestro continente que aglutinen tantos metros dedicados a actividades culturales y que, al mismo tiempo, visualicen su futuro como un ensamblaje de iniciativas que se deben contaminar entre sí para alumbrar nuevos caminos que todavía no somos capaces siquiera de imaginar. Sin ansiedad, dándole tiempo para evolucionar y madurar. Es un proyecto que ve la luz con unas líneas definidas, pero que al mismo tiempo está en construcción. Estoy seguro que lo que veremos cuando abra sus puertas no será todo lo que contendrá en el futuro. A su vez, es un inmejorable escenario para la ciudad ante el reto de la Capitalidad Cultural Europea del año próximo.
Tabakalera es, al mismo tiempo, una extensión de la ciudad. Un nuevo espacio se abre al crear un entorno urbano de calidad para el disfrute en el corazón de Egia. Tanto el entorno y perímetro (el pasadizo elevado sobre las vías del tren, la plaza Nestor Basterretxea con acceso al propio centro, el engarce de su entrada principal con Cristina Enea…) así como las propias instalaciones de Tabakalera, (con elementos que van a conquistar al donostiarra y con un remate en forma de prisma acristalado con una vista de la ciudad que va a asombrarnos a todos…) constituyen un conjunto que va enriquecer y mejorar nuestra ciudad. Estoy seguro de que en breve Tabakalera va a formar parte de uno de los planes imprescindibles de los donostiarras y de quienes nos visiten.
Pronto veremos cómo los diferentes colectivos encuentran en este espacio sus necesidades satisfechas: los creadores dispondrán de espacios e infraestructuras para su actividad; los emprendedores encontrarán metros disponibles para llevar a cabo sus sueños; las familias dispondrán de salas para el disfrute en días de sol o de lluvia; los más exigentes, encontrarán actividades culturales fuera del mainstream... Un edificio que nos acerca a los modelos de centros polivalentes de los países nórdicos. De hecho, su éxito radicará en la búsqueda de un equilibrio que satisfaga a los colectivos más vanguardistas y creativos como a los públicos más populares.
Tabakalera es, en definitiva, la plasmación de una apuesta. La apuesta por ensamblar bajo un mismo techo un concepto: Donostia como referente cultural. Y es que la cultura es capital en Donostia: capital humano y capital económico. Son cada vez más los elementos que en nuestra ciudad están engarzándose en torno a esta idea: la cultura es riqueza, en su sentido más amplio, y entendemos que su futuro pasa por reforzar ese elemento de referencia cultural de altura. Tabakalera despega.