Una placa para recordar la memoria de Gregorio Ordóñez
Este final de enero está siendo especialmente emotivo. Han pasado 25 años desde que ETA asesinara a quien fuera teniente de alcalde de la ciudad, Gregorio Ordóñez. 25 años de un asesinato que marcó a toda la ciudad. Una placa recuerda en el suelo de la calle 31 de agosto, junto al bar La Cepa, que aquel 23 de enero de 1995 nos arrebataron a Gregorio. Un día después, como todos los años, recordamos a Ramón Díaz, el cocinero de Loiola asesinado también por ETA en 2001.
Creo que estos 25 años sirven para actualizar lo sucedido, traerlo al día de hoy y, en cierto modo, quitarnos una espina que teníamos como ciudad, y homenajear la figura de Gregorio Ordóñez, mediante la colocación de esta placa y con un acto emotivo. Creo que hacía falta que tuviéramos esta catarsis también como ciudad.
La colocación de esta placa supone un paso más en un camino que iniciamos con la colocación de las primeras cinco placas en la Avenida de la Libertad, y que debemos seguir transitando. El camino de recordar a todas las personas que sufrieron la violencia en nuestra ciudad, para no olvidar lo ocurrido y decir alto y claro que queremos construir el futuro de otra manera.
Por ello, tal y como acordamos todos los grupos políticos del Ayuntamiento en el seno de la comisión de Derechos Humanos, a partir de febrero vamos a seguir con una dinámica más normalizada de colocación de placas en distintos lugares de la ciudad, en conversación privada con las familias que van expresando su deseo de que se coloque la placa que recuerde a su ser querido.