Donostia 2030: carta abierta a las y los donostiarras
Durante el primer trimestre de 2020 presenciamos unas imágenes insólitas de la ciudad. Las calles de Donostia aparecían desnudas, despobladas. Dos años después del comienzo de la pandemia, esas imágenes son el punto de partida de esta reflexión. Lo más importante de una ciudad son sus habitantes. Son las y los donostiarras los que dan vida y sentido a la ciudad, el motor que la hace avanzar.
Donostia/San Sebastián es una comunidad pensada, construida y cuidada por generaciones consecutivas de donostiarras que se han esforzado por hacer de esta ciudad un lugar mejor.
En estos dos años hemos visto muchos ejemplos de lo que significa mantener unida nuestra comunidad: el Hotel Maria Cristina funcionando cómo espacio sanitario, la implicación de las redes de barrios, las llamadas telefónicas a todas las personas mayores de 65 años (Lagunkate), la apuesta municipal por mantener la oferta cultural o los bonos de consumo. Gestos, acciones y decisiones que han aportado al objetivo de ‘’hacer ciudad’’.
Ahora toca mirar al futuro con ilusión y fuerza. Necesitamos compartir valores, sumar visiones, tejer redes de complicidad y de cooperación para hacer frente a los retos inmediatos para poder seguir generando oportunidades.