La apuesta de Donostia es el conocimiento

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“No sabéis valorar lo que tenéis en San Sebastián”. La frase me la dijo esta misma semana Stefan Oelrich, presidente de Bayer Farma, que ha visitado nuestra ciudad para participar en el Foro Empresarial de Gipuzkoa organizado por El Diario Vasco. No se refería a los pintxos, a la Bahía de la Concha o a nuestra calidad de vida, cuestiones de las que también pudo apreciar, por supuesto. Hablaba de la cualificación y el nivel técnico del centro donostiarra de investigación biosanitaria Viralgen, de la que la multinacional farmacéutica alemana es propietaria.

“En Alemania no disponemos de un centro con esta preparación y nivel profesional”, me llegó a decir.

Su mensaje, después de visitar in situ las nuevas instalaciones de Viralgen en el Parque Tecnológico de Miramón, fue claro: San Sebastián tiene las condiciones idóneas para ser una ciudad relevante en el campo biosanitario mundial y en la estrategia de ‘biorevolución’ de Bayer.

Esta reflexión, realizada por un alto directivo alemán de una de las principales empresas farmacéuticas del mundo, nos puede ayudar a poner el foco en algo que, en medio de cuestiones más triviales y ruidosas, pasa muchas veces desapercibido. Donostia cuenta con un tejido de agentes y actores que conforman un entorno de primer nivel. Eso es algo de lo que es absolutamente consciente el Plan Estratégico de Donostia 2030, y precisamente por eso es una de las principales apuestas de futuro que dibuja.

Esta misma semana el Ayuntamiento, la Diputación y el Gobierno Vasco hemos presentado el proyecto de ampliación de las instalaciones del Donostia International Physics Center (DIPC). Serán 6.200 metros cuadrados más para acoger laboratorios y espacios para el trabajo de los y las investigadoras de uno de los centros de referencia internacional que tiene nuestra ciudad y que lidera de forma brillante Pedro Miguel Etxenike. Un centro que cuenta hoy con 247 investigadores de 35 nacionalidades y que tiene entre sus miembros a dos premios Nobel.

El pasado  mes de mayo las mismas instituciones presentamos junto con la Universidad del País Vasco la construcción de un nuevo edificio en el campus de Ibaeta que estará dedicado a la investigación cuántica,  que acogerá en un plazo de dos años a 300 investigadores que trabajarán en materias como la neutrónica, la química avanzadas y los nuevos materiales. 12 millones de inversión para desarrollar de manera teórica y práctica un polo de computación cuántica mediante el que, a través de supercomputadoras, podamos afrontar desafíos matemáticos hoy impensables.

También el pasado mayo las mismas instituciones citadas presentamos el proyecto que servirá como segundo edificio del Basque Culinary Center, donde se desarrolará el proyecto Gastronomy Open Ecosistem y con el que nuestra ciudad y nuestro territorio quieren fortalecer su posición de ciudad puntera en el ámbito de la investigación gastronómica. 26 millones de inversión pública que irán destinados a generar un espacio académico y de innovación para que estudiantes vascos y de otras partes del mundo puedan desarrollar su carrera profesional en un ámbito en el que nuestra ciudad tiene nombre propio.

La pasada semana tuve la ocasión de participar en la presentación de Mubil, el centro de electromovilidad que se esta construyendo en el polígono donostiarra de Eskusaitzeta, y que aspira a ser un polo de referencia europeo en un campo clave y de futuro. Este proyecto del que el Ayuntamiento donostiarra forma parte, articulará un polo de colaboración público-privada en el que empresas punteras de nuestro territorio compartirán  tecnología para que Gipuzkoa sea uno de los motores europeos en la movilidad eléctrica. 45 millones de inversión pública y privada que redundarán en creación de empleo cualificado y de alto nivel técnico.

Ampliación del DIPC, centro de computación cuántica en Ibaeta, proyecto de innovación gastronómica del Basque Culinary Center y proyecto de electromovilidad Mubil. Cuatro iniciativas en las que las instituciones concernidas hacemos apuestas claras con compromisos de inversión muy ambiciosos.

La construcción del Talent House II en nuestra Ciudad que promueve el Ayuntamiento, un proyecto que pronto será una realidad, viene a ofrecer una respuesta a las necesidades que plantea este gran impulso que además de retener el talento propio, requerirá de capacidades para ser competitivos en la atracción de nuevos talentos.

Todo esto está sucediendo en Donostia. Y esto es así porque nuestra ciudad lleva haciendo desde hace años una apuesta clara, decidida, sostenida y soportada en los presupuestos públicos para hacer  realidad una visión y una aspiración: ser una ciudad relevante en ciencia y conocimiento. Este concepto, más allá de las palabras, requiere de decisiones y, sobre todo, de compromisos económicos. En ello estamos comprometidas las instituciones vascas. El futuro de Donostia pasa por consolidarse como una ciudad de ciencia e investigación. Una ciudad donde el conocimiento sea un activo multiplicador e inspirador que genere riqueza. Este es el futuro de Donostia, un futuro que ya ha llegado.