Ser alcalde de mi ciudad es un honor y una gran responsabilidad

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Quiero dedicar mis primeras palabras a todas las y los donostiarras y agradecerles su confianza para volver a ser alcalde durante los próximos cuatro años. Mi compromiso son las y los donostiarras y prometo esforzarme en trabajar duro por devolver esa confianza.

 

Tenemos por delante años llenos de retos, con el objetivo de hacer de Donostia la mejor ciudad de Europa para vivir, convivir, trabajar y disfrutar.

 

Afrontamos esos retos, en un mundo que cambia y que vive en una permanente situación de incertidumbre. Debemos ser capaces de hacer, entre todos, una Donostia cada vez mejor. Ese es mi compromiso, y estoy seguro que el de todos los que estamos aquí también.

 

Descenso demográfico, un contexto que acentúa las desitualdades, el cambio climático, la expansión de los populismos…, son muchos los obstáculos que tendremos que superar en el camino para construir la Donostia del futuro que queremos.

 

Pero nuestra ciudad tiene bases sólidas para hacer frente a todos ellos. Las personas, las y los donostiarras, tienen que estar en el centro de todas nuestras políticas, para entre todas y todos lograr que Donostia sea una ciudad de oportunidades para desarrollar proyectos de vida.

 

La legislatura que arranca hoy será la legislatura de la transformación de la ciudad. La finalización de las obras del topo, así como las de la estación del tren de alta velocidad, supondrán un gran salto en nuestra movilidad, y también una profunda transformación urbana.

El diseño de los Cuarteles de Loiola será también otro importante paso hacia la Donostia del futuro.

 

La vivienda será otro de los grandes retos a los que nos vamos a enfrentar, para que las y los jóvenes puedan desarrollar sus proyectos de vida en Donostia. La ampliación del Parque Tecnológico de Miramon y llenar de actividad Eskusaitzeta propiciarán nuevas oportunidades a las próximas generaciones.

 

Pero si algo es Donostia, es, sobre todo, comunidad. Una comunidad en la que convivimos, desde el respeto mutuo, una comunidad en la que cuidamos unos de otros, y nuestro papel, como Ayuntamiento, ha de ser el de tejer esa comunidad, no dividirla.

 

Todos y todas somos importantes para construir la Donostia del futuro. Hay tantas Donostias como donostiarras, y es mi voluntad y empeño ser alcalde de todos los donostiarras, trabajar siempre en el interés de la ciudad, escuchando, explicando, proponiendo y acordando.

 

Eses es el mensaje que hoy quiero compartir con todos los grupos que conformamos el Ayuntamiento. Porque el trabajo de todas y todos es imprescindible. Nadie tiene la verdad absoluta y todos los puntos de vista son importantes.

Mi voluntad e intención será lograr los consensos más amplios posibles, ya que será bueno para la ciudad. Y además, aunque hemos tenido grandes debates, hemos acordado muchas más cosas de las que creemos también en el pasado. Ejemplo de ello son los Cuarteles de Loiola o la vivienda, así como otros muchos temas.

 

Para mi, ser alcalde significa, en primer lugar, una gran responsabilidad. Responsabilidad que a su vez como donostiarra, supone un motivo de orgullo.

 

Y además es un gran honor ser alcalde de mi ciudad. Por ello, hoy mis últimas palabras se las quiero dedicar a la persona que me inculcó el orgullo de ser donostiarra:

 

Ama, aunque hoy no estás aquí presente, sé que estás conmigo.