Donostia, 2019ko Europako Saria

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Donostiako hiriaren izenean, ohore haundia da guretzat Europako Saria gaur hemen jasotzea. Donostia hiri europarra delako. Eta Donostiak Europan bizi eta sinisten duelako.

 

Duela 70 urte besterik ez, gure aurreko belaunaldiak oso bestelako mundua ezagutu zuen: nazio ezberdinek, eta bereziki Europakoek, bi gerrate pairatu zituzten. Hainbeste odol eta sufrimenduren ondoren, orduko agintariek ulertu zuten bizitza publikoa eta nazio ezberdinen arteko harremana beste oinarri batzuetan eraiki behar zela. Hala sortu zen Europako Kontseilua, eta urte batzuk geroago, historia politikoan inoiz eraiki den proiektu berritzaile eta ausartena: Europar Batasuna.

 

En una tierra, la Europea, devastada por el odio entre naciones, surgió una idea, un anhelo, una visión: la de una Europa unidad en la diversidad.

 

Este principio que rige el Proyecto de la Unión Europea es extensible también en cierto modo a los principios fundamentales del Consejo de Europa.

 

La defensa de la pluralidad, el parlamentarismo como sistema de deliberación y gestión pública, y la defensa inequívoca de las libertades y los Derechos Humanos son los tres pilarles que comparten todos los miembros integrantes del Consejo.

 

Hoy podemos ver que también en Europa existen tensiones y fuerzas que intentan socavar estos principios inspiradores. Opciones populistas que menosprecian la democracia participativa, líderes que, valiéndose del sistema de libertades, impulsan políticas en contra de los derechos humanos de colectivos minorizados o de los inmigrantes que llegan hasta nosotros, por ejemplo; partidos que desde el amparo del marco institucional azuzan el miedo al diferente y pretenden construir realidades y centros de poder alternativos con los que atacar a colectivos o a esas mismas instituciones que garantizan su libertad.

 

Porque, además de la unidad política y económica, el proyecto europeo tiene un claro componente social y humanista. Los valores sobre los que se asienta Europa deben ser los que nos guíen frente a las amenazas reales que se ciernen sobre su futuro. Esa guía no es otra que la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que está en la base de toda la arquitectura institucional, jurídica y social de la Unión Europea y del propio Consejo de Europa.

 

Compartimos un pasado, pero, sobre todo, una voluntad de permanecer juntos en el futuro. Esa es nuestra fortaleza.

 

Pese a que las miradas de corto recorrido nos hacen a veces ser pesimitas, mirado con perspectiva histórica, no me cabe la menor duda de que en términos de democracia, defensa del pluralismo y firmeza en los derechos humanos, Europa está hoy mejor que hace setenta años. Y estas ideas que se proyectan desde el Consejo de Europa van extendiéndose y fortaleciéndose poco a poco en aquellas zonas donde todavían no han echado raíces.

 

Hace tres años nuestra ciudad fue Capital Europea de la Cultura. Promovimos un proyecto cuyo lema era “Living together. Cultura para la convivencia”. Desde nuestro pasado de ciudad que ha sufrido las consecuencias de la violencia terrorista, quisimos decir a todo el mundo que apostabamos por la cultura como elemento de cohesión social.

 

Creo que esa apuesta y ese mensaje que Donostia articuló y promovió son hoy tan válidos o más que entonces.

 

En nombre de la ciudad de Donostia / San Sebastián, quiero agradecer a la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa la distinción con la que nos honra. Es un aliciente y un impulso para seguir reafirmando, desde este pequeño rincón, nuestro compromiso con los valores que representan el proyecto europeo.